Aunque el acto de chuparse el dedo que realizan los bebés nos parezca muy tierno, a la larga puede resultar muy perjudicial para su salud oral. Es un hábito que les relaja y les ayuda a entrar en contacto con su entorno y ser conscientes de él. No obstante, si la succión del pulgar se prolonga más allá de los 2 años de edad, podrían surgir alteraciones a nivel bucal.
Nuestra odontopediatra en Aranjuez y Villacañas, la Dra. Natalia Betancurt, te cuenta todo lo que necesitas saber sobre las posibles patologías que puede desarrollar tu hijo si se repite esta acción a largo plazo.
Consecuencias de la succión del pulgar
¿Sabías que, durante los últimos meses de vida uterina del bebé, el pequeño ya se chupa el dedo? Es un hábito adquirido que tenemos que ayudar a eliminar.
Aunque estemos hablando de la succión del pulgar, también aplicaremos los mismos efectos al uso prolongado del chupete o el biberón, ya que provocan las mismas consecuencias en la cavidad oral del niño.
De no frenar estas costumbres, el niño podría desarrollar una deglución atípica infantil. Esta patología consiste en la malposición de la lengua que, como resultado, acabaría empujando a los incisivos superiores hacia delante y a los inferiores hacia atrás. Por tanto, el paladar se estrechará y dará lugar a maloclusiones dentales.
Este hábito también puede provocar deformaciones en las encías y en la propia dentición, además de afectar a la musculatura facial.
Otras consecuencias para tu salud
La succión del pulgar a partir de los 2 años puede ser la causante de desarrollar callos en los dedos debido a la fuerza que se imprime y a la acción de la saliva. Además, podría incluso producirse la deformidad del dedo o la aparición de uñas encarnadas.
Aunque parece una acción totalmente inofensiva que calma al niño y nos resulta muy tierna, debemos ayudarle a olvidarse de ella poco a poco. En nuestra clínica dental en Aranjuez y Villacañas podemos ayudarte a cuidar su sonrisa. ¿Nos dejas? ¡Pídenos información sin compromiso!